lunes, 1 de febrero de 2016

PARA FRASEAR

El dolor está en la vida, es uno de sus factores. En el largo y difícil, pero también placentero, proceso de aprendizaje, tendremos que saber cómo convivir con él”
Soledad Puértolas

ANECDOTECA - Nombres extranjeros

      Es curiosa la tendencia de Soledad Puértolas a utilizar nombres extranjeros en sus novelas. Según explica ella misma, dicha predisposición es porque relaciona los nombres españoles a ciudades españolas, y ese contexto así mismo lo vinculaba con la historia de la literatura en nuestro país, y de ahí a una narración costumbrista, por lo que decidió utilizar nombres extranjeros. Según sus propias palabras “me los hacía más abstractos, me los hacía fuera de contexto y me sentía mucho más libre para mis propósitos”. Por ejemplo para dar nombres a los personajes del bandido doblemente armado se inspiró directamente en la novela de Bernard Chadler "El largo adiós", con la que además guarda algunas similitudes.

ANECDOTECA - Periódicos limpiadores y sables defensores

     José Luis Sampedro se encontraba preparando “El río que nos lleva” (1961) cuando se alojó en una posada de un pequeño pueblo cercano al río Tajo. Pasada la noche Sampedro preguntó a la posadera dónde podría ducharse y dónde podría hacer sus necesidades. La señora respondió a la segunda pregunta señalando hacia la parte de atrás de la posada, en el corral. Esto era bastante común en algunos pueblos de la España de aquellos años, así que Sampedro se encaminaba hacia dicho corral cuando la señora le dio unas hojas de papel de un ABC atrasado y un sable oxidado. Lo del periódico quedó claro para el escritor, pero no entendía lo del arma, así que preguntó. “Es para el cerdo, ¿sabe usted? Acomete”. Fue la inquietante respuesta.

APUNTE BIOGRÁFICO - SOLEDAD PUÉRTOLAS


      “La lengua ha sido desde siempre mi aliada esencial”, afirmó Soledad Puértolas en su discurso de ingreso en la Real Academia, donde ocupa el asiento “g”. La rotundidad con la que extiende esta sentencia dice mucho de la relevancia de la lengua y su expresión escrita en esta autora zaragozana, aragonesa orgullosa de serlo. Y es que Puértolas es una escritora que se toma el idioma, la escritura, muy en serio, moldeando en cada obra el argumento a través de un lenguaje trabajado, pese a que su concisión (“la expresión exacta”) y su aparente naturalidad, engañen a primera vista. Su primera novela “El ladrón doblemente armado” se convirtió en una puerta dorada a su extensa bibliografía galardonada con el Premio de las letras aragonesas en 2003, o con el Planeta por su gran obra “Queda la noche”.


PALABREJUELA - ZASCANDIL

     La verdad es que el uso que se le da a esta palabra actualmente ha dulcificado su significado en comparación con el que tenía hace años, ya que esta palabra designaba a gentes poco recomendables. Los rateros y ladrones han ideado mil y una argucias para adueñarse de lo ajeno desde tiempos inmemoriales. Pues bien, según algunas teorías una de esas tretas era golpear aquello que iluminaba la estancia en la que se pretendía robar, para así apagarlo y poder sisar sin ser pillado. Es por eso que se cree que esta palabra viene de la onomatopeya “¡zas!”, para figurar un golpe, y la palabra “candil”, que era el utensilio con el que se daba luz por las noches. Ahora se utiliza sobre todo para que los infantes dejen de “zascandilear” y se pongan a sus obligaciones.

LITERATURA + ACTUALIDAD El bandido doblemente armado - Soledad Puértolas

UNA CONFESIÓN PARA QUITARSE EL AMARGO SABOR DE IDOLATRAR AQUELLO QUE NUNCA SE LLEGA A CONOCER
         Soledad Puértolas desgrana la vida de una familia atípica a través de los ojos de un anónimo amigo

“Mis ojos iban de un lado a otro, llenos del temor que inspira el paisaje desconocido y anhelado. Como la primera vez que me encontré en El Cielo, enmudecíy deseé no haber deseado ser amigo de Terry.”


          Tendemos a idealizar, a mitificar a ciertas personas y personajes. Es un hecho perfectamente objetivo que el ser humano necesita héroes, mitos y leyendas, así como vanidades y “egolatrismos” varios para existir. Soledad Puértolas lo sabe, y no pudo escoger mejor su carta de presentación como escritora (publicada) que el inquietante “El bandido doblemente armado”. Esta obra es un canto coral y sin embargo egocéntrico del falso misticismo al que sometemos a algunos seres humanos. Porque deberíamos de tener algo de cuidado al encumbrar a falsos ídolos de latón chapado en oro. Salvando las diferencias abismales con el relato de Puértolas, baste como ejemplo la inoportuna mitificación de seres tan mediocres y perjudiciales socialmente como el “Chapo” Guzmán, elevado a los altares legendarios como una especie de ladrón pícaro, obviando la lacra social de sus negocios y las barbaridades cometidas a costa de ellos.
Es la obra de Soledad Puértolas una especie de purgatorio, de limpieza de mitos, en el que un narrador se espolsa su anterior admiración a base de confesiones más o menos continuadas, más o menos coherentes, sobre la familia Lennox. Porque esta fascinación residía en lo inalcanzable que se presuponía para la persona que cuenta su experiencia cada uno de los integrantes de los Lennox, la familia protagonista. Lo más impactante de la novela de Puértolas es precisamente que al fin de la carrera realmente conocemos poco de cada protagonista, quizá un esbozo, y a través de ese borrador de personalidades el lector retoca todo lo demás. Muchas críticas acentúan sus estudios acerca de la novela de Puértolas fijándose en lo que la escritora escatima, pero precisamente eso es lo imprescindible de la historia. El desconocimiento lleva al interés por lo oculto, por lo hermético, y tratar de asaltar esos agujeros narrativos es lo que da a la novela precisamente su sentido.
       Escondido tras su anonimato, un narrador nos cuenta la relación que a lo largo del tiempo ha tenido con la familia Lennox. Comienza en la edad escolar del narrador con el primer encuentro, a través de Terry Lennox, con el señor Lennox, casado con la señora Lennox, viuda y de una posición privilegiada. Los hijos del primer matrimonio de la señora Lennox son muy dispares y tienen distintos caracteres y sensibilidades. Así nos lo hace saber el narrador a través de experiencias, que siempre escrutan la personalidad y la admiración por los integrantes de la familia. Pero no todo es perfecto ni mucho menos en los Lennox. El narrador siempre se sitúa cerca de la familia, durante los buenos momentos (los veraneos en Deveraux), o los peores (muertes inesperadamente esperadas), allí está para vivir su vida al lado de esta familia. Su estrecha relación con Terry, el miembro más díscolo de la familia, marcará profundamente su relato.
      Ciertamente es un relato que se puede deglutir en un abrir y cerrar de ojos no sólo por lo breve de su factura, sino también por la manera sencilla de la redacción, sin aditivos ni conservantes, dejando lo fundamental a la exposición del lector, y lo secundario a su criterio. A veces caótica, a veces inesperada el final deja al lector inmerso en las dudas acerca de la verdadera razón de ser de la confesión del narrador. La obra mereció el Premio Sésamo 1979, siendo alabada por la crítica que llegó a asegurar que Puértolas había realizado “una narrativa más abierta y sofisticada”.