martes, 9 de febrero de 2016

ANECDOTECA: Que cada uno empiece con lo suyo

Fue invitado Wenceslao Fernández Flórez a una fiesta de sociedad, y como su fama de autor de obras irónicamente humorísticas le precedía, la gente, claro está, esperaba de él alguna chanza u ocurrencia que les hiciese más alegre la velada. Pero Fernández Flórez estuvo callado durante la velada, para desgracia de aquellas personas que creían que teniendo un autor humorístico contagiaría a los demás de sus jocosos ingenios. Así que una señora se dirigió directamente al escritor y le preguntó que por qué no decía ninguna gracia ya que era humorista. Éste le preguntó a la dama cual era la profesión de su marido. “Cirujano” respondió extrañada. “Pues nada. Que primero se ponga él a operar de apendicitis a alguien, ¡no voy a ser yo el único que ejerza en esta fiesta mi profesión!”.

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