ES NECESARIO QUE CUMPLAS CON LAS TRES
NORMAS PARA QUE TU CORAZÓN SIGA CON SU ETERNO TIC-TAC
Mathieu Malzieu nos sumerge en un
universo fantástico para darnos una lección de amor.
“Si no cumples estas normas, la
gran aguja del reloj de tu corazón traspasará tu piel, tus huesos
se fracturarán y la mecánica del corazón se estropeará de nuevo”
El 14 se celebró San Valentín. Fuera de todo
el tinglado comercial que engloba a este tipo de celebraciones, es
bueno que haya un día dedicado al amor. Ya tenemos demasiadas
jornadas dedicadas a guerras, confrontaciones políticas, malos
rollos personales… Es un día exclusivo para sanear nuestras almas
cuarenta y siete veces, a abrir la puerta a nuestros sentimientos más
profundos y expresarlos sin tapujos. Y por supuesto una buena excusa
para renovar un año más nuestros compromisos (si los hubiere) con
esa persona que tenemos a nuestro lado. Acercando el ascua a nuestra
sardina, también es un buen pretexto para bucear en alguna historia
de amor de las millones que hay en la literatura universal. Como
ahora resultaría muy engorroso nombrar todas esas que unen inquietas
el rumor onírico de las almas apegadas, nos ceñiremos a un único
título que nos traslada al universo de los efectos adversos del amor
platónico. ¡Pero cuan necesario es perseguir lo imposible del amor!
Eso es lo que nos grita Mathias Malzieu con su obra “La mecánica
del corazón”, una novela a caballo entre la realidad fantástica y
la belleza triste.
Malzieu cose un relato cargado de
connotaciones románticas sin llegar nunca a atiborrarnos de dulce,
volviendo quizá al romanticismo decimonónico a través de una
atmósfera que ya en la lectura nos rememora a Tim Burton en todo su
apogeo. Y no se esconde el autor francés al asumir esta csemejanza:
“Para mí es genial que me comparen con gente tan brillante y
talentosa”. También afirma haber bebido de la obra de
Saint-Exupéry “El Principito”, y se nota en la candidez del
protagonista, en su manera pura de ver la vida. Las metáforas más o
menos explícitas son constantes en esta obra, donde el amor se
oculta detrás de un frágil reloj de cuco.
Jack es un muchacho que nace en
Edimburgo un gélido día de Abril de 1874. Tan frío es ese día que
se le congela el corazón, la doctora Madeleine lo arregla
insertándole un reloj, que hará que pueda vivir alrededor del
tic-tac de su mecanismo. Años después, el día que Jack descubre la
ciudad, conoce a una niña que canta ayudada con un organillo,
quedará inmediatamente prendado por dicha la muchacha y su voz. Sin
embargo hay tres condiciones para que Jack pueda vivir: No se tocan
las agujas del corazón, se domina la cólera, y bajo ningún
pretexto nunca, nunca se debe enamorar. A partir de aquí Jack
tratará de acompasar su mecanismo a sus sentimientos. Y no va a ser
fácil.
El
autor puso todo su empeño en que esta novela pasase a la gran
pantalla y, pese a las dificultades que suponía adaptar el guión y
componer toda la estructura fantástica, el proyecto, con Malzieu
dirigiendo la cinta, vio la luz en 2014 con un resultado maravilloso.
En francés se tituló “Jack et la mécanique du coeur”, y el
autor también se encargó, junto con su grupo Dionysos, de la banda
sonora (la canción “Flamme á Lunettes” es una delicia). Pese a
que la crítica tuvo división de opiniones, su visionado y la
audición de la BSO son la guinda de esta estupenda locura mecánica.
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