El
aragonés Matías Lacasa logró la patente de fabricación del
llamado pan de Viena, e impulsó la apertura de una panadería en
Madrid, en la entonces llamada calle Capellanes (hoy de la
Misericordia) junto a su mujer Juana Nessi, tía del escritor Pío
Baroja. La panadería se denominó Viena Capellanes por motivos
obvios y aún sigue en funcionamiento. Al fallecer el matrimonio
legaron la regencia del establecimiento a Pío y a su hermano, poco
emparentados con el negocio de los panes. Los hermanos Baroja
vendieron al final la panadería y se deshicieron de ella, pero la
relación de Pío con el pan fue recordada por el también escritor
Rubén Darío (18 de Enero de 1867, Ciudad Darío.- Nicaragua).
El
nicaragüense, en tono de chanza, recordó el pasado panadero de
Baroja afirmando que: “Es un escritor con mucha miga, se ve que es
panadero”. Enterado el aludido de la mofa de Darío respondió, no
sin cierta acidez: ”A partir de ahora yo diré de él que Darío es
un escritor con muy buena pluma. Se ve que es indio”.
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